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Carta a mi amigo José Luis Morante.



Hoy hablé por teléfono con mi amigo José Luis Morante y me quedó el azúcar de su afecto constante junto a cierto sentimiento amargo por este cabrón ‘cómo nos va’. Me dice JL que le asusta mi nihilismo de los últimos tiempos, que a ese manso acoger, que siempre me ha otorgado, le nota una sazón amarga que atornilla… y que está preocupado por mí. Es hermoso que un amigo te muestre su amistad como JL lo hace siempre.
No te preocupes, amigo grande, pues la experiencia aploma y regala tablones a los que agarrarse durante los constantes naufragios. El tiempo de los hombres está mi contra, pero no el tiempo de los sueños, ni el de la intensidad, ni el de la pasión. Van pudiendo con mi inestable economía, pero yo me voy haciendo cada día más fuerte en la mirada interior y en el saberme cierto. Sé netamente hacia dónde voy, conozco a cada uno de los hijos de la gran puta que propician cada una de las ruinas y no les doy importancia, porque no la tienen… igual que no le doy importancia a sus cosas y a sus números, porque es su vida de mierda y no la mía. En el fondo soy ahora un poquito más feliz que antes –cuando la mentirosa abundancia–, ya que le voy poniendo foco a muchas cosas que siempre sentí nebulosas y lejanas… sé quiénes son mis amigos y quiénes no merecen ni siquiera mi desprecio, sé donde anida la lealtad y conozco cada uno de los puñales que pretenden clavarme por la espalda… y ya apenas me importan las cosas, pero disfruto como nunca de las miradas, de los abrazos, de los gestos sinceros… y he aprendido a tomar decisiones jugándomelo todo cada día –te sientes muy vivo al percibirte precario, amigo–… y sé quién es el ruin y quién tiende la mano cuando se precisa, que ya es saber mucho.
El nihilismo del que hablas no me hace daño, todo lo contrario, me ayuda netamente a instalarme en el hombre que soy y no en el que quieren que sea… ahora me importa el ‘valor’ de quienes me rodean y no el valor de lo que me rodea… sé hacia dónde quiero ir y qué quiero hacer… y voy a ir justo hasta donde me apetece y voy a hacer exactamente todo lo que deseo hacer… me pueden quitar lo que quieran, pero nunca podrán bajar ni un ápice la intensidad de mis potencias ni la energía de mi sonrisa, porque la moral establecida es tan falsa como esos jueces incorruptibles (?) que la administran… yo no le he hecho nada al sistema para que me haga lo que me está haciendo… al contrario, he estado en él cumpliendo cada una de sus normas con fidelidad durante años, conduciendo por la derecha y sin salirme de la vía sin sobrepasar la velocidad establecida, pagando cada uno de los impuestos y las derramas, trabajando como un cabrón para no obtener nada más que números rojos… pero ya te digo, JL, es su vida y no la mía, y sé que todo se sostiene por quienes lo sostenemos, no por quienes nos gestionan, así que me he borrado del ‘sostener’  con el fin de sobrevivir para apuntarme directamente en la lista de vivir… y sé de qué hablo porque conozco la miseria desde la primera fila de este salón de actos… el mundo no se hunde, amigo, es ‘su’ mundo el que se hunde, y eso es causa de verdadera felicidad, solo falta que muchos tipos como tú lo perciban y lo procesen… y que tomen la decisión de jugársela a ‘no estar’… y los veremos caer en su locura de monedas y suicidarse con dosis excesivas de temor a perder lo que es nuestro.
Mi último intento de seguir en el sistema consistió en trabajar para pagar recibos de energía de quienes no pueden pagarlos… y se me echaron encima como buitres (es lo que son) intentando desestabilizar este karma con ataques ruines… pero no saben que sus golpes van contra sí mismos y que a mí me resbalan. He detenido ese intento, pero me ha aportado datos tangibles de que estamos gobernados –desde lo local hasta lo mundial– por prevaricadores, ladrones, analfabetos compulsivos, hipócritas, esbirros, mamapollas, hijos de puta, gandules, egoístas insensibles y viejas celestinas… gente sin sangre que acabará en las cloacas más inmundas a poco que pasen unos meses, oportunistas que no tienen la valentía de mirarte a los ojos cuando los descubres.
Yo no he hecho nada mal dentro del sistema y el sistema ha decidido eliminarme… pues feliz que me voy al percentil de los inservibles… yo sigo echando una mano en lo que puedo a quien lo necesita, sigo escribiendo con auténtica pasión y estoy aquí para dar la cara cuando sea preciso, que no tengo vergüenza ni motivos de vergüenza. Roban a manos llenas y yo lo digo alto y claro… colocan a dedo a sus hijos en puestos que no se merecen y yo lo digo alto y claro… utilizan el poder para elevar a los suyos y apisonar a quienes no comulgan con su bazofia y yo lo digo alto y claro mientras ellos leen, escuchan y se esconden en sus despachitos de mierda –de los que pronto van a sacarlos a empellones–. En ‘su’ mundo me siento vejado, pero en el mío soy absolutamente libre y me siento feliz y colmado.
No creo en su sistema ideológico, y menos en sus partidos políticos –verdaderas cuevas de ladrones en las que se disputan los últimos despojos como fieras–, pero creo en ti y en gente como tú… en Javi Viadero y Sol, en Concha Bueno, en Lorena, en Luis, en José Luis y Caty, en Cecilia y Adrián, en Mayca, en Joan… creo en personas con nombre y apellidos, con la sonrisa franca y decente, con la mirada crítica y la actitud valiente… a gente como vosotros no os pueden vencer jamás si os pasáis al apartado de la vida y les jodéis su movida de supervivencia.


Te quiero, amigo. Abrazos.

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