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Entrada del día 22 de agostó que no me animé a publicar ese día.




“¿A ti no te han hecho Hijo Predilecto de Béjar?”, me dijo mi amigo Diego (Hijo Predilecto de Medina de Rioseco) mientras me miraba con sus ojos tristes, que Diego tiene los ojos tristes, hermosamente tristes... y yo enseguida sonreí mientras pensaba en que somos por comparación y en que en mi pueblo supone un verdadero dolor el que te comparen con cierta gente de estatu (?)... y reí en alto para decirle que jamás se dará esa posibilidad porque yo soy un bluf, una mentira muy distinta a la que llevan en sí los hijos predilectos de las ciudades como la mía... “aquí te reconocen y estás absolutamente acabado, amigo, acabado para todo, porque el reconocimiento siempre va seguido del escarnio... y el escarnio de la agresión misma... solo pueden aguantar los reconocidos post mortem, los que jamás volverán por aquí a no ser uno o dos días contados o los que tienen estómago para todo o sencillamente son tan primarios que no se enteran de qué va la vaina”... y luego, o antes, que no recuerdo bien, me preguntó por esa cosa de saber si realmente estás tramitando bien tu mundo creativo... y se me fue la lengua desde Lorca hasta Valente, pasando por Alberti... “¿No me digas que no te gusta Valente?”, me dijo Diego entre divertido y asombrado, sin quitar ni un punto de tristeza de sus ojos... “una mierda, una puta mierda”, dije... y entonces se arrancó:

Cuando te veo así, mi cuerpo, tan caído
por todos los rincones más oscuros
del alma, en ti me miro,
igual que en un espejo de infinitas imágenes,
sin acertar cuál de entre ellas
somos más tú y yo que las restantes.
Morir.
Tal vez morir no sea más que esto,
volver suavemente, cuerpo,
el perfil de tu rostro en los espejos
hacia el lado más puro de la sombra
.”
y yo casi me avergoncé de mis palabras, pero no, ni mucho menos, Valente fue otra suerte de absurdo en el mundo de la poesía, un amargado difícil con las ideas claras, un mal enfermo que a veces se salía de sí para escribir como su nombre, un tipo que dejaba mucho que desear como hombre en el sentido más humanista del término... y eso jode, un gran estúpido en bastantes ocasiones y un muy pagado de sí en otras... pero claro, el poema es tan hermoso, el poema recitado por la voz entusiasmada de Diego es tan hermoso... bien podría haberme dicho mi amigo, justo después de recitármelo, que soy un gilipollas, y no le faltaría razón, nada de razón.
La verdad (dicha en bajito) es que a veces, cuando leo libros que me envían, yo también caigo en la pregunta que siempre se hace Diego... “¿escribiré yo así de mal?”... y luego me digo... “na, pero es un buen tipo, buena gente, no importa”... y resumo el asunto en que me gustan los escritores que me encantan como personas... y que odio a muerte a los que no me gustan como persona.
Me encanta Diego, porque siempre se hace preguntas a sí mismo y está armando constantes baterías inquisitivas hacia los demás... me encanta su acecho vivaracho, su afán por conocer más de ti para conocer más de sí mismo... y pregunta, pregunta, pregunta...
Cuando nos abrazamos y se fue con su chica, no sé si de ‘naja’ por mis respuestas o porque no querían marchar de Béjar sin antes haber visitado el jardín renacentista de El Bosque, me quedaron ganas de responderle preguntas pendientes y hacerlo con calma... y me puse a darle vueltas al asunto.
  1. La mayoría de los escritores de éxito (los de éxito cercano y los de éxito lejano) lo son más por lo circunstancial que por el valor creativo... se ayudan del ambiente cultural, de los amigos, del estatus social, de la recomendación directa, de la humillación política (de sí mismos), del dinero propio (si lo tienen), de su posibilidad de viajar (que otros no gozan), de mamar las pollas correctas con oportunidad, del juego de favores... y si encima son buenos en lo creativo... pues ya tienes la generación del 98, la del 27 y hasta la del 50... pero ‘buenos escritores”, “buenos poetas” sin esas fanfarrias y esas sombras... los hay mucho mejores y son desconocidos durante años porque su creación se hizo en soledad y no se perdió ímpetu en venderla vendiéndose. No es casi ni uno de los que están y son muchos de los que no están.
  2. Alguien dijo hace unos años... “Béjar ya tiene dos premios nacionales y eso es mucho para una ciudad pequeña”... y derivó ‘sus’ votos hacia Julia Uceda... y lo hizo con ‘criterio’, un criterio que me dejó agradecido y emocionado hasta nuestros días... agradecido por no pertenecer a esa élite marcada a fuego en sus lomos con una gaviota azul y emocionado porque ya no tendría que aguantar más que un anónimo descarado, delictivo y cabrón... y una mirada hosca.
  3. ¿Que se escribe muy mal?, pues claro, porque se escribe sin bagaje vital, sin bagaje literario y sin vergüenza... a casi nadie le apura dejar sus textos en manos editoras con una carta adjunta en la que se engola hasta la punta del capullo de uno mismo... y la mayoría –casi todos– de  los autodenominados ‘poetas’ son incapaces de gestar un madrigal, un soneto mediocre, una silva... porque, entre otras cosas, no saben ni lo que son... no tienen ni puta idea de florecer en octosílabos españoles (nuestro ritmo natural) o en heptasílabos italianos... creen que una sinalefa es andar jodido de semen y piensan que el verso libre es su agar-agar porque es ‘libre’, coño, cuando es exactamente el justo después de un buen versificador y conocedor de todos los entresijos de la métrica, capaces (pocos los son) del ritmo interno del poema... y, encima, de decir algo... de ‘decir algo’, coño.
  4. Aquí se vive bien en soledad... el paisaje es amable y los cambios estacionales propician variaciones físicas y mentales muy convenientes para el intento creativo... sobra gente (imagino que como en todos lados), pero falta el paralelo trasunto cultural que hay en los grandes núcleos de población, y eso da aire, mucho aire para hacer libremente lo que te salga de los cojones sin tener que aguantar el comentario constante y pérfido de quienes quieren ocupar tu lugar en la fila... eso es magnífico si no buscas re-conocimiento y sí buscas enredos individuales de razón, vuelo lento y mirada cenital al mundo. Y también tienes muchas cosas muy claras, como que cuando te dan las gracias es porque has hecho algo mal y cuando te machacan es porque vas por el camino correcto.
  5. No me interesa nada meterme en asuntos ‘con’ otros... quiero ir solo hasta el final, pero sí vengo necesitando algo fijo que me proporcione estabilidad... y si esta necesidad empieza a hacerse perentoria, tendré que pasar por ese jodido ‘con otros’, aunque lo haré de muy mala gana...

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