Ya van dos días enteros sin comer y sin fumar (solo un par de tacitas de caldo caliente han hecho visita a mi estómago en este tiempo, y no con demasiado acierto) y sigo con los vómitos y los constantes viajes al baño... este virus cabrón me está dejando frito.
Anoche tuvimos que llamar a urgencias porque el virus se agarró a Gui y lo dejó tumbadito y con una crisis de ansiedad que requirió pastillita debajo de la lengua... una mierda en el sentido más amplio de la palabra mierda... más cuando tuve que medio abandonar el mercadillo que tenía preparado (mil gracias a quienes me echaron una mano mágica) para dejarme caer en el primer sitio que encontré y dejar pasar este tiempo vírico sin poder hacer nada –te cortan los vómitos con una inyección y tienes que beber un asqueroso líquidito rojo a sorbitos cortos durante todo el día para no deshidratarte–... que los virus tienen estas cosas y hay que dejarlos hacer hasta que el cuerpo es capaz de generar sus defensas.
Y al morrongo estar y desestar, se sumaron algunas malas noticias para, si no era poco, sumarle preocupación al jaleo biológico... pero de todo hay que extraer lo positivo, y ahora toca enfocar este ‘estar mal’ para aprender a valorar como se debe un ‘estar mejor’ que casi nunca apreciamos porque lo llevamos siempre al sumatorio de la normalidad y allí se diluye todo sin obtener ese preciso toque de satisfacción que tanto ayuda a un cuerpo y a un espíritu... y también está el trazo de la fiebre, esa experiencia alucinatoria capaz de abrirte nuevos campos imaginativos empapados en sudor frío... y hay que aprovecharlo.
•••
Tiritaba de frío sentado junto a mi puestito de libros y alguien me hablaba de cosas interesantes que yo no escuchaba porque solo atinaba a hacerme preguntas absurdas... ¿y si ahora me muriese?... ¿por qué me sabe a química la pastelería industrial?... ¿un cigarro ahora...mmmm?... ¿qué he hecho yo por los demás?... ¿si vomitara aquí, ahora, sobre este colega que me habla?... ¿amar es infinitivo?... ¿cuánto costará no tener deudas?... ¿por qué no me duele nada, pero me duele todo?... ¿qué hago aquí?... y llegó un grupo de personas con idea de hacer una asamblea popular contra el sistema... una chica iba vestida de estatua de la libertad y repartía panfletos... me dio uno, pero no lo leí, no podía leer porque no aguantaba el filtro de las lentes de mis gafas... me mareaba mientras el vendedor de quesos estaba a su monedeo (el jodido dinero cada vez me deja más perplejo por su capacidad de transformar a los hombres en seres extraños y extrañados)... y decidí huir... busque como pude a alguien que se quedase en mi puestito de libros y corrí como pude hasta mi estudio... vomité al llegar, que me dio el tiempo justo para entrar en el baño y arrojarlo todo sin dejar mancha... encendí mi ordenador y miré el correo electrónico... no era capaz de enfocar las letras y me iba pillando una rara sensación de desesperación... es tan difícil entender que lo que es fácil a diario resulte tan difícil de pronto... y bebí agua por primera vez en dos días... mi boca la recibió como un regalo, pero enseguida todo empezó a arder por dentro y vuelta al baño.
Ahora sigo aguantando el tipo y me siento algo mejor... ya enfoco las letras y soy capaz de escribir de seguido, así que voy a buscarle a todo esto su mejor trazo y a seguir adelante... jodido virus.
Comentarios
Publicar un comentario
Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...