Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo 1, 2011

El índice de Dios está de baja (un dibujo de hoy)

'lf ediciones" vuelve a respirar.

" El Príncipe que leía el Tarot y soñaba con mujeres " Reynaldo Lugo Ed.: lf ediciones y de la luna libros ISBN: 978-84-92847-06-8 304 pp. Compras:   editorial-delalunalibros.com Después de más de dos años sin editar a causa de la dura crisis que nos ataca, 'lf edicione s' vuelve a tomarse riesgos y apuesta decididamente por esta novela sorprendente del cubano Reynaldo Lugo. Para poder salir mejor al mercado, hemos decidido sacar este volumen en coedición con la editorial extremeña ' de la luna libros ', que se encargará de toda la promoción, distribución y venta de la obra. Si hemos decidido volver al mercado, es porque entendimos desde la primera lectura de " El Príncipe que leía el Tarot y soñaba con mujeres " es una verdadera oportunidad literaria de valor y que no podíamos dejarla pasar de ningún modo. La novela indaga en la vida nubosa de Alfonso de Borbón y Battenberg, que fue Príncipe de Asturias y dejó una historia llena de pasiones entre

Porque ayer fue sábado

••• Me lo dije al levantarme, me lo dije... ‘no te levantes, coño, Felipón’... pero me levanté y me escogió la zíngara para sus desmesuras, y juro que era sábado, día de preguardar en el que los lunáticos se dedican a mirar lirios y los normales van al supermercado y luego se tumban. Mi libro de horas marcaba nítidamente en bastardilla “pintar y escribir”, pero los libros de horas no tienen poder alguno contra la zíngara, así que a joderse, que a las diez ya tenía visita nerviosa con memoria USB en la mano... “son solo cuatro cheques para imprimir en 100x45 centímetros y montarlos sobre cartón pluma o algo similar... los necesito ya, me harías un gran favor”... encendí el Mac grandón, conecté el USB y me descargué los cuatro documentos chequeros [que eran los premios para un certamen nacional de monólogos que se celebraba por la tarde]... los abrí, valoré a vuelapluma el tiempo que me llevaría y le dije al cliente que le llamaría en cuanto lo tuviera rematado. Se fue con sonrisa fel