Ir al contenido principal

Disco dedicado desde Fuping.


“Querido Comendador Sánchez, no te escribí ayer porque no hay mucho que contar y porque no puedo ser protagonista de tu diario. Te veo tristón y por eso me animó a enviarte más imágenes. Tal vez debería seleccionarlas un poco más, pero me cuesta eliminar las que considero que tienen un mínimo interés. La selección la podrías hacer tú, así no inundaríamos tu espacio con cosas mías.
Me cuesta mucho escribir. Me gustaría que mis dedos fuesen como los tuyos, avezados y automáticos transmisores de tus ideas, pero eso sólo es patrimonio de unos pocos.
El día fue soso, a la espera de que se terminen de secar las piezas y de negociar las cocciones, cuestión ésta complicada, pues el sistema jerárquico imperante es lento y absurdo. No nos dejan gobernar los hornos, para cada temperatura hay un técnico diferente, no entienden que la libertad es fundamental para el resultado plástico, y en esas andamos, a expensas de la burocracia. Lo suyo sería huir y ver los idílicos paisajes que sugieren las aguadas de tinta "china", pero no podemos alejarnos demasiado de aquí, pues tenemos que controlar ésta y las siguientes fases técnicas. No confío nada en los resultados finales, pues las recetas de color que les he propuesto no han salido bien; además de no tener medios ni materiales, no nos entendemos ni con interprete y he decidido utilizar los standars que tienen por aquí. Ayer hice 9 pruebas, a ver si tengo suerte y me las cuecen pronto.
Por la tarde noche fuimos a Fuping a comprar pinceles, pues aquí son muy baratos, y dejé a Rafa que hiciera acopio [arrasó las existencias]. Ya habrá otras oportunidades para mí. Más abrazos.”


CRÓNICA VIJARRENSE PARA A.H.

Siempre sé con exactitud lo que me callo, pero de ese conocimiento emerge constantemente un algo involuntario que me hace volcar en palabras mis silencios.
Son malos días para la lírica, Halarberito, o no, que todo es según como se mire.
Quiero buscar felicidad ajena y me salen branquias en los ojos, porque no sé hacerlo y me pongo pitiñosín, pero no importa demasiado [o, como mucho, a los demás no les importa demasiado].
Y nada, que hoy quería hablar de la distancia mientras se me caen encima esos cien muertecitos de Barajas que nos han arrojado hoy el señor del fuego y las vacaciones de verano…
Siempre he tenido claro que somos mejores cuando tomamos distancia y ponemos a funcionar la mirada cenital o la de horizonte al fondo, somos mucho mejores… y junto a ello nos crece un sentimiento cabrón al que se ha definido por algunos como ‘nostalgia’ [ese dolor por lo conocido y perdido o alejado]. Cuando la nostalgia viene traída por la pérdida, puede ser absolutamente destructiva y desoladora; pero cuando esa nostalgia nos llega por la distancia, su dolor devenido alumbra encuentro y puede resultar altamente formativo y benéfico… y esto se consigue con la distancia no insalvable. Uno ama más intensamente, valora y adjetiva sus sentimientos hacia los que quiere cuando los siente alejados, y eso me gusta mucho.
Por cierto, que flipé con tus fotos, especialmente con la de los affiches antiguos del mismo tono que los que decoran mi estudio [me los trajo mi Belencita de uno de sus viajes a China], con las plumas [mmmmm…] y con los pinceles y la figurita de Mao con un polo de palo… pero yo quiero cerámica, coño, tus logros y tus fracasos orientales, los procesos en taller… anda, anímate a fumigar a tus colegas con la Ixus, Halarberito.
También quiero decirte que he notado un aumento de visitas en el blog desde que soy tu voz virtual, lo que no está mal, coño, que estamos haciendo amigos.











Marion Devillers. Encantadora e inteligente francesita. Ganadora de un premio internacional que se organiza aquí y que consite en dotación de más un mes de trabajo aquí.

Carles Vives posando con el tesoro que consiguió tras arduas negociaciones. El vehículo merece la pena.

Juan Ortí. Persona exquisita, y artista sensible y reservado. Una grata sorpresa.

Sammy. Camarera de comedor. Siempre atenta a cualquier necesidad. Un encanto. Habla varios idiomas y quiere aprender español. Lástima que se haya marchado a continuar estudiando, aunque me alegro por ella.

Comentarios

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj