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Mostrando entradas de junio 18, 2006

Ryuukoo Kawaji

Una de las cosas que peor llevo en esta vida es la ingratitud, la historia esa del colega de siempre que te vende su amistad con altibajos y te enreda en sus asuntos en clave de tuya/mía con el componente exclusivo de darte de comer –si y sólo si–. Y tú te vuelcas en un a deshoras –porque es tu colega y, claro...–. El final es siempre de puñalada y reproches, volcando sobre tus hombros un sentimiento cabrón de culpa que se lleva con dificultad... La ingratitud, maldito tesoro que se esconde en la amistad más rijosa... Y como ya no contemporizo, pues que sopeso la amistad en una balanza y en el plato jodido pongo la ingratitud, y no merece la pena. El colega debe seguir siendo el colega, pero a partir de ahora con el asterisco de que los negocios van aparte: para las copas, juntos; para el trabajo, soy empresa... que en la separación de poderes arde mejor la amistad más democrática... sin confundirnos, cada uno a lo suyo y los dos a lo nuestro.

Kinyoo Wakashuu

En un momento se te puede deshacer la vida sin que ni siquiera hayas percibido un solo signo en el instante anterior. Se pasa de la felicidad gansa a la tristeza desesperada en un «ya» muy duro de llevar. Por eso hay que estar preparado siempre, pero preparado desde el gozo del instante y desde el gasto total de energías en ser presente decidido. Así pues, Felipe, escribe tu último poema (?), abraza, besa, siente... y todo con la máxima intensidad que te permita el cuerpo y soporte el flujo de tu sangre. No sientas derrota donde hay luz ni miedo alguno donde reine la oscuridad. «Hacer» es lo que necesitas, «hacer» hasta que algo exterior diga su «basta» cabrón, ese «basta» que llegará inexorable en cualquier momento. No seas como ese tipo cercano que apenas sabe deducir el dolor si no es por las manos de otros, y a ellos fía sus días y su esperanza mientras permanece en un asombro estatismo que es peor que la nada, no contemporices más, Felipe, con nadie ni con nada. Di lo exacto, lo q

Kitamura Tookoku

Coger a los hijos por la cintura y echármelos a la espalda, eso quiero... o jugar en el sofá a «las peluchas», como «peluchábamos» hace casi nada... y olvidarme de sus capacidades, de su falta de futuro, de su fracaso casi seguro... Morder sus muslos y sentir sus carcajadas en mi estómago como una regeneración y un grito de «¡¡¡Estamos viviendo!!!». No necesito más que un presente, ni pido más, ni quiero más, ni pretendo más... un presente mimoso y risueño, cándido, apasionado y loco. El futuro no existe y por ello no debiéramos trabajar para él. Que todo suceda y baste; y en el «mientras», un amor a raudales, un quererse como nuca y como nadie, un saberse en el ahora para que el luego no nos pille con todo pendiente. Y es que, sobre todo y sobre todos, soy de mis hijos, pues ellos me hacen y me desacen, son la celda y el paraíso, la paz de espíritu y el terror en su máximo grado. Sí, en ellos crezco porque son caminos que parten de mí y toman otras latitudes poco a poco... y debo sent

Daigaku Horiguchi

Es curioso cómo entro y salgo en estados de euforia y decaimiento. Hoy me ha visitado Fabio para charlar de un proyecto común y me ha dado la sensación de que he estado poco brillante en mi expresión, no como ayer, que lo tenía todo claro e imaginaba un planteamiento mucho más lúdico y cultural del asunto. No ha sido mi mejor día –lo siento, amigo–, pero el asunto es interesante para desarrollarlo sin complicaciones de tipo prosaico. (22:45 horas) Somos para las hazañas hermosísimas que alguna vez imaginamos, pero tememos su llegada y huimos velozmente hacia la grisura que nos hace seres estáticos y anodinos. Si cada uno tuviéra un rapsoda que cantara su vida, un servidor por admiración y una mucama entregada a su bienestar, todo sería mucho más fácil... y sigo recopilando imágenes de mujeres para seducir a un magro editor y perpetrar un libro repleto de belleza y postración buscada. Me gustaría que fuera rojo intenso. «Sans cesse à mes côtés s'agite le Démon; / Il nage autour de m

Kawaji

Hace tiempo que no aguanto un partido de fútbol entero, pero hoy me había propuesto ver el España/Túnez de un tirón, y no he podido, coño, pues me ponen muy nervioso la incapacidad de nuestros millonarios y los comentarios de un payaso que ha contratado la «6». En fin, que soy de otro sistema solar y me he venido a escribir un ratillo. La tarde de hoy ha sido un clásico: visita de las monjitas del cole de mis niños, autoanálisis de mi fracaso como padre, apretón de Reynaldo Lugo con regalo de su libro «Palmeras de sangre» –que prometo leer ya mismo–, instalación de nueva máquina con técnico y comercial dando la coña y conexión directa con Antoñito Orihuela para saberle bien, como a mí me gusta. Por la mañana, carta molona de Morante con reseñas de libros en fotocopia y mail urgente de Herme para una cosita sobre Inma Luna. Día resumido. (22:26 horas) La individualidad, Qué gran concepto para desarrollar desde el punto de vista de la voluntad decidida por crecer intelectualmente.

Nihonshoki

Absolutamente grato el encuentro con Juanjo Barral, Norio, Urceloy y Marisol, con birras, tabaco, charla estupenda de puesta al día y recuerdo de los viejos tiempos. También algunos proyectos nuevos. Juanjo sigue siendo la lucidez y el gesto, el guiño con cierta tersura infantil, la risa fresca y constante. Alma siempre y con una extraordinarioa visión de la jugada que viene y de la que acaba de pasar. Ácido y dulce, el paisanín permanece en su clave anglo, con su hermoso bagaje musical, sus relatos absolutamente gestuales, su cosina bable y esa envidiable facultad de ser el centro de todo por imantación. Voy a hacer dos libros suyos y me «presta» un montón. Norio/Braulio, un esteta de la resistencia, el justo intelectual «como si nada», sorprendiéndome siempre con frases lúcidas traídas a la perfección en cualquier momento. Y que cada vez que nos encontramos me cae mejor. Su sonrisa es siempre serena y cómplice, quizás la mejor sonrisa que conozco. Su mirada escudriña todo mientras ha